Tal y como ha ocurrido con muchos españoles
en estos últimos tiempos el pasado mes de julio entré a formar parte del grupo
de personas que engordamos la lista de desempleados.
Los meses de julio y agosto han pasado y
gracias a mi familia he disfrutado de unas maravillosas vacaciones que
trabajando me habría sido imposible.
Pero ha llegado septiembre, las vacaciones
han terminado y todo parece volver a una plácida rutina. Me enfrento ahora, de
manera forzosa a llenar un tiempo que en los últimos veinte años parecía
escaso.
Y no me resigno, NO QUIERO ESTAR PARADA.
Desde hoy tengo un pequeño espacio en casa
habilitado como oficina, me he impuesto un horario de trabajo y ¡Estoy decidida!,
voy a continuar con mi trabajo de consultor experto en, calidad, procesos y
satisfacción de clientes, aunque esta vez, desde el otro lado del telón. Me he
convertido en usuaria, en cliente, en compradora con unas expectativas y voy a
analizar en qué grado “Las empresas” son capaces de cumplir con ellas.
Ya estás en el camino de una nueva vida laboral
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